La década del `70 en Argentina
Organizaciones armadas y sindicalismo clasista*
Organizaciones armadas y sindicalismo clasista*
*Clase dirigida para los
estudiantes de 3ro del CENS Nº9
Después del Cordobazo y otros
azos
El Cordobazo, que estallo el 29 de Mayo de
1969 en la Ciudad de Córdoba, y los movimientos que replicaron sus formas,
levantamiento obrero y estudiantil y toma de las calles por la población,
fueron las respuestas más certeras de la población que se oponía a la dictadura
militar autodenominada "Revolución Argentina" instaurada en 1966. Sin
embargo, y a pesar de la enorme envergadura de los levantamientos populares, la
dictadura estaba dispuesta hasta las últimas consecuencias en implementar su
plan de ajuste en beneficio del capital trasnacional y extranjero que se había establecido
en el país, así como de aplicar férreamente la “Doctrina de Seguridad Nacional”
impuesta desde Washington.
Es por eso que la respuesta del régimen militar,
a pesar de los duros golpes acertados por los levantamientos de las provincias,
fue agudizar la represión, la persecución política, las detenciones arbitrarias
y la más férrea censura. Las derrotas a los levantamientos populares de las
provincias y la agudización de la represión por parte del ejercito hicieron
pensar a un sector del movimiento obrero (el más radicalizado que enarbolaba ya
la consigna de la “Patria Socialista”) y de los sectores medios radicalizados
(estudiantes e intelectuales) que la única vía para derrotar a la dictadura era
emular el camino de la lucha armada, aquella que había logrado el triunfo de
los revolucionarios en Cuba, y que estaba siendo utilizada por los Movimientos
de Liberación Nacional de Argelia y Vietnam contra la colonización europea y
norteamericana.
La violencia como herramienta política
Para
entender esta época es necesario que intentemos pensar como se entendía la
compleja realidad política durante estos años. En América latina priman
principalmente los gobiernos militares que mantienen un férreo control sobre la
población, y en franca alianza con Estados Unidos, que intentaba que el fenómeno
cubano no se propague por América. Al mismo tiempo en Asia y África se
desarrollan importantes luchas de países como Argelia, Vietnam, Laos, el Congo,
que intentan romper los lazos coloniales con las potencias europeas y para ello
recurren a las tácticas de guerra de guerrillas para hacerle frente a los ejércitos
invasores. Se hace muy fuerte en los países del denominado “Tercer Mundo”, que
la única manera de terminar con la violencia de los colonizadores y de los
gobiernos autoritarios es oponer a estos una violencia revolucionaria aun mayor
con el fin de lograr la liberación social y política. La violencia, más específicamente
la lucha armada, se trasforma en una vía legitima para algunos sectores que
intentan romper “las injusticias del capitalismo/imperialismo”.
Uno de los textos fundamentales para
entender qué lugar ocupa “la violencia” en el quehacer político revolucionario
es el escrito por Franz Fanon en 1961 titulado “los Condenados de la tierra”. En
el él intelectual africano expone claramente:

Las
organizaciones políticas-armadas
Ya para fines de la década del `60 comienzan
a actuar en la Argentina agrupaciones que postulan la vía armada como método de
acción política. La aparición de las organizaciones armadas debe entenderse
dentro de un contexto de profunda radicalización del movimiento obrero y de
sectores de la juventud de la clase media, inentendible sin tomar en cuenta el
alcance de la Revolución Cubana, de la figura de Ernesto Che Guevara
(comandante argentino-cubano quien sería asesinado en 1967 en Bolivia
intentando impulsar un foco guerrillero revolucionario en ese país) y la
existencia de la Unión Soviética (en franca disputa con Estados Unidos). El
socialismo empieza a tomarse como una alternativa real para superar las
injusticias sociales dentro del capitalismo occidental.
Es por eso que esta radicalización alcanza
tanto a expresiones del peronismo, como al surgimiento de nuevos agrupamientos
de izquierda marxista. En esa línea se pueden distinguir dentro del peronismo
dos grandes organizaciones político-militares. Por un lado las denominadas
Fuerzas Armadas Peronistas, conformadas inicialmente por sectores de
trabajadores ligados a algunos gremios de la CGT de los Argentino, cuya
corriente política se denomino Peronismo de Base, con importante presencia en
varia fabricas de Bs As y el interior. Por otro lado en 1970, y tras el
secuestro y asesinato del General Aramburu (quien había encabezado el golpe de
1955 que derrocara al gobierno de Perón) aparece en escena un nuevo grupo
autodenominados Montoneros, con origen en sectores estudiantiles vinculados a
la iglesia católica.
Desde las corrientes marxistas-guevaristas
que se hicieron importantes en la década del `70 se puede distinguir tres
grupos guerrilleros principales. Las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL) de
origen maoísta, las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de origen marxista,
pero que en 1972 se fusionaría con Montoneros, y el Ejército Revolucionario del
Pueblo (ERP). Este último era el brazo armado del Partido Revolucionario de los
Trabajadores, dirigido por el santiagueño Roberto Santucho, y fue la organización
revolucionaria no peronista más importante de este periodo.
Todas las organizaciones se planteaban como
objetivo la derrota de la dictadura y la consolidación de un camino que llevara
a construir el socialismo en la Argentina. Sin embargo las organizaciones
peronistas tenían un objetivo previo al socialismo, este era el retorno de Juan
Perón a la Argentina y el fin de la proscripción. Perón desde el exilio alentó a
las organizaciones armadas, sin embargo dentro del peronismo se fue gestando
una fuerte disputa entre este sector autodenominado la Tendencia Revolucionaria
(liderado por Montoneros y la Juventud Peronista) y los sectores más
conservadores del peronismo ligados a los líderes de los sindicatos.
El
clasismo y las Coordinadoras Fabriles
Paralelo a las
organizaciones armadas, durante la década del setenta se fue fortaleciendo
dentro de las fabricas y los sindicatos una corriente de nuevos delegados
(ligados al peronismo revolucionario y a la izquierda marxista) que conformaron
la corriente denominada “clasista”. Esta corriente le disputava la conducción de
los gremios a los viejos lideres que se sostenían en las conducciones mediante
patotas y acuerdos con los sectores patronales. A su vez compartían las ideas
revolucionarias de las organizaciones armadas, pero sostenían que la lucha
principal tenia que tener como protagonista a los obreros y no a los
guerrilleros (sin restar importancia a esto últimos). Esta corriente también conto
con organizaciones que lo impulsaban como la JTP (Juventud Trabajadora
Peronista) ligada a Montoneros y el MSB (Movimiento Sindical de Base) ligado al
PRT-ERP. Luego de la vuelta del Peronismo al poder, tras el retorno a la
democracia en 1973, y tras la muerte de Perón y la agudización de las políticas
de ajuste encabezadas por el ministro Rodríguez, estas corrientes impulsaron
las Coordinadoras interfabriles. Las Coordinadoras interfabriles fueron
espacios de coordinación de las Comisiones Internas (espacios de delegados por
fabrica) dirigidas por el clasismo en donde e intenta superar a la CGT y
sobrepasar a su conducción. Estos sectores fueron los más duramente golpeados
por las políticas represivas de la dictadura militar que se instauraría en la
Argentina un 24 de Marzo de 1976.
Video: Las organizaciones armadas. Historia de un pais Cap 19
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